
Cuando desesperada miraba el horizante, vi en su obra las respuestas que me trajeron tranquilidad. Maravillada (como siempre) con lo que veía, me dejé llevar por su amor y simplemente le dije te amo...
Sentí inmendiatamente su fuerza, su luz, el calor que da su abrazo y dejé que mis dudas descansen en su hombro...dejé que mis temores se vayan detrás de El, para que las respuestas vinieran a mi...
Una sonrisa grata fue la que hallé y mi alma ya no se siente sola...nunca lo estuvo...aunque así lo creí una vez...
Pienso en mil maneras para agradecerle pero es tanta mi gratitud que no me alcanzaría la vida para hacerlo...solo miro hacia el mar y ahi lo encuentro sonriendo, lo miro, lo siento, sonrío....lo escucho...lo vivo...cierro mis ojos...y le agradezco...